lunes, 19 de noviembre de 2007

LA RESPONSABILIDAD POLITICA DE GALLARDON

Hasta ahora muchos pensaban que Gallardón era u referente en cuanto al concepto de la ética política en el uso del poder, pero la operación "Guateque" ha demostrado que de eso, nada de nada. Así que la manida tesis de la responsabilidad política" por acción o por omisión" que el PP y sus medios afines utilizaron, en otros tiempos, con profusión, ha quedado en agua de borrajas.Pero no es lo más grave que el prócer madrileño del PP mire para otro lado, o más aún, haga un ejercicio de cinismo que no tiene comparación, al personarse como acusación particular en la instrucción del sumario, lo más grave es que el pagano final va a ser la propia Administración Pública. Si lo normal pareciera que se empezase por asumir responsabilidades politicas bien mediante el cese de los concejales de área afectado,léase la Sr. Botella, o directamente, el Sr. Gallardón, ahora resulta que no,que los únicos responsables son los funcinarios imputados y, por ende, toda la función pública municipal, ya que el regidor va a solventar el problema privatizando el servicio.Muerto el perro, se acabó la rabia. Así que queda para los estudiosos de lo público un nuevo concepto de cómo acabar con la ádministración pública de un plumazo.Si existe corrpción en el servicio de concesión de licencias del Ayuntamiento de Madrid, me cargo el servicio. Y, dicen, que éste es el llamado a suceder a Rajoy.¿Y los que no creen en Dios, a quién les cabe encomendarse?

viernes, 16 de noviembre de 2007

Rajoy, nunca más podré creer en tí

He querido que el título de este artículo recoja no sólo el sentimiento personal que me merece Mariano Rajoy, sino la convicción de que refleja la opinión de muchos turolenses, que observamos con cierta curiosidad, por qué no confesarlo, la visita, por segunda vez, en menos de seis meses del líder del Partido Popular, a Alcañiz.La primera visita se produjo, antes de las elecciones municipales, y obedecía al intento por consolidar las candidaturas del Partido Popular. El éxito de la visita fue rotundo, la pérdida de la Alcaldía de Alcañiz y el pinchazo en la Alcaldía de Teruel. Aquella visita reflejó el nulo conocimiento de la provincia que tenía y la escasa preparación del viaje. Hablar de los “asuntos mineros”, en Teruel, es como a él le gusta decir como hablar del sexo de los ángeles. La segunda visita se ha producido en víspera de las Elecciones Generales, en esa especie de “toma de Teruel” que ha emprendido el Partido Popular. Ha sido un acto de partido, de exaltación militante, en el que con ese carácter de “ni chicha ni limoná, que transmite Rajoy, ha hablado mucho de España y muy poco de Teruel, salvo para percatarnos que ya no habla de los “asuntos mineros”, sino del Plan Minér, sí Minér, con acento en la “é”, con un deje de cantaor flamenco que para sí quisieran los expertos en cante jondo.Habló mucho y bien del Rey, mientras Federico (Jiménez Losantos), su baluarte ideológico, pide la abdicación; habló mal de Zapatero, mientras su mentor Aznar, daba las gracias a Zapatero por su defensa en la cumbre Iberoamericana de Chile, habló, aunque poco, del agua, para decir que no pero sí al Trasvase del Ebro, mientras Camps y el presidente de Murcia insistían en la inevitabilidad del mismo, mientras Zaplana y Acebes presentaban, luego intentaban retirar, para más tarde embaucar una enmienda en los Presupuestos que iba en la línea trasvasista.También habló de infraestructuras sin orden ni control. Ahora ya sabemos que el PP no quiere hacer la Autovía A-68 hasta el mar, esa cuyos estudios informativos han puesto en marcha los socialistas, sino sólo el desdoblamiento de la 232 hasta Alcañiz, y luego hasta el mar. Habló bien de la Ciudad del Motor, que se está ejecutando con dinero del Fondo de Inversiones de Teruel, duplicado por los socialistas, y habló del Minér (sí, con acento en la “é”) y me imagino a los sindicatos “jartándose de la risa”, como dirían los castizos, con esa promesa de incrementar en 2012, cuando finalice el actual Plan, la asignación existente. Y ya no habló nada más. ¡Ah,sí! Dijo que la economía va fatal, y los empresarios perplejos… aunque el salario mínimo haya subido de 400 hasta 600 euros, aunque el crecimiento de la economía a tasas del 3,8% sea el mayor de la zona euro y de la Europa a 2’7, mayor que el de Francia o Alemania, que el de Estados Unidos o Japón, aunque se hayan creado tres millones de empleos, aunque hayan subido más de un 25% las pensiones mínimas, aunque el Fondo de Reserva de la Seguridad Social se haya multiplicado por tres. Y dijo que ya vale de tanta Educación para la Ciudadanía, porque lo que le importa a la gente son sus problemas. Y yo que tan de acuerdo estoy con eso, le pregunto a Rajoy, ¿si tan importantes son los problemas reales de la gente, por qué tanto empeño en debates estériles como la bandera, la patria, la religión? ¿Qué le interesa más a la gente, la bandera o la verdad del 11-M, sobre lo que nada dijo Rajoy, el trasvase del Ebro o el concepto de nación, el aumento de becas o la cantinela del “España se rompe”?Por mucho viaje que haga Rajoy a Alcañiz, a los turolenses no se nos va a olvidar ni la actitud del Partido Popular con el 11-M, ni la posición trasvasista de los populares, ni aquello de “José Mari, utilízame”, con el que un dirigente popular de nuestra provincia quiso congraciarse con Aznar, ni que el señor Rajoy, miembro del Gobierno durante ocho años, no hiciese en el Bajo Aragón turolense ni una sola obra, ni el abastecimiento de agua a Alcañiz y los pueblos aledaños, ni la Variante de Alcañiz, ni la carretera de Ráfales, ni el recrecimiento de Santolea, ni la Ciudad del Motor, ni el Centro de Salud de Alcañiz, Andorra o Calanda, ni la Elevación de Aguas del Ebro, obra imposible si se realizada el trasvase, ni... ni… ni, simplemente nada. Flojo bagaje para una visita que se planificó exclusivamente como consumo interno, como movilización electoral, porque entienden los expertos del Partido Popular que después de perder las Elecciones Municipales y Autonómicas por más de cuatro mil votos de diferencia con respecto al Partido Socialista, tienen mucha necesidad de movilizar. Pero una visita que se convirtió en una exaltación de los valores populares, que no transmitió nada positivo a la sociedad de Teruel, que fue contradictoria entre el discurso y los hechos, que huyó de los temas más espinosos del Partido Popular como el 11-M o el trasvase del Ebro y que, estoy seguro, no llegó a la mayor parte de la ciudadanía, una ciudadanía convencida de que, como decía Nietzsche, “ya no me importa que me mientan, lo que más me importa es que aquellos que me han mentido, nunca podré creer en ellos”.