jueves, 21 de noviembre de 2013

BASURA


No hace muchos días los propagandistas del gobierno y de los brotes verdes  se engolaban contando cómo Bill Gates había desembolsado una suma importante para tomar posiciones en una empresa importantísima en el panorama económico español. Una empresa de la que su consejero delegado dice que "aborda un gran cambio cultural" y Gates apreciaba el nuevo rumbo  del grupo y su capacidad para crear valor.

Miren ustedes por donde esta empresa ha sido concesionaria del servicio de limpieza de Madrid y ha sido protagonista de una huelga histórica en el corazón de España.

Madrid, la ciudad de los Austrias, la capital del Reino, ciudad cosmopolita donde las haya, modelo de ubicación de empresas y grandes negocios, se ha convertido por unos días en la ciudad del hedor y de la putrefacción por mor de una huelga de basuras que han ganado-no se asombren- los basureros.

Y es que, como si de los combatientes del 2 de mayo de 1808 se tratara, los trabajadores de la limpieza  han resistido los ataques de un pool de empresas que querían esclavizarlos bajo la atenta y condescendiente mirada de una Alcaldesa, la Sra. Botella (curiosa coincidencia la del apellido), que por inacción ha dejado fraguar una injusticia que convertía a los trabajadores de la limpieza madrileña en auténticos esclavos.

Sin ánimo de exagerar, que exhiban el mantenimiento del mismo horario para tomar el bocadillo  como modelo de una empresa que cede en la negociación es además de una burla, un componente más del estercolero en que se han convertido las relaciones laborales en nuestro país.

Una forma indecente de  limpiar la conciencia de unos empresarios que pretendían compensar una baja temeraria del 40% sobre el precio inicial de la concesión con el despido de más de mil trabajadores y la bajada de un 30% de los salarios  a los pobres barrenderos que se dedican a limpiar la mierda-con perdón- de los madrileños.

Y la Sra. Botella se ha llamado andana, imbuida como está de una ideología neoliberal en la que priman los beneficios por encima de los derechos de los trabajadores, una ideología que quiere mano de obra barata, sin derechos, y con una tasa de reposición de trabajadores infinita porque para eso están las oficinas del paro llenas de demandantes de empleo. Este es el pelo que nos luce, este es el rostro del  neoliberalismo de esta enfermiza imitadora de  Thatcher,  bien que venida a menos en los entornos del Partido Popular.

Han querido, de nuevo, torcer la voluntad del sindicalismo español y han perdido por la tenacidad de unos barrenderos que han sabido defender lo justo aunque lo justo supusiese el despido para todos ellos. No ha podido la basura con los basureros, la basura ha podido con los usureros, los aristócratas de pacotilla que siempre quieren tener quien les limpie las posaderas a precios de saldo . Ni han podido los policías que custodiaban a la remesa de trabajadores de Tragsa que hacían el juego a la Sra. Botella y a las empresas concesionarias.

Hacer más con menos, ha sido el eslogan de los populares, es decir recoger más basura con menos salarios para que unos pocos ganen mucho más con lo que muchos pierden poco a poco . ¿Por qué ha podido pasar esto?. Sencillamente por la nefasta gestión de un Ayuntamiento que hace un Pliego de condiciones cuya única condición es la baja económica, sin mayores exigencias de mantenimiento de empleo , de mejor gestión o de ahorro en las tasas de los contribuyentes . Hace ya meses lo avisó una Concejala de la oposición a quien el Concejal Delegado de Medio Ambiente dedicó lindezas lingüísticas de  cuyo resumen puede dar idea el vocablo "agorera".

No sé bien porqué el Partido Popular mantiene una relación sórdida con la basura. Wert fué calificado de "basura" por algún burócrata de la Unión Europea por acusar a esta de recortar el dinero para las becas Erasmus. Cospedal tiene un problema con la justificación de 200.000 euros de mordida por la concesión de la basura en el Ayuntamiento de Toledo y a Botella le ha estallado el contenedor de vidrio con una huelga de basura que ha enfangado y ha hecho irrespirable el ambiente de Madrid. No sé el porqué de esta tempestuosa relación con la basura aunque sé que el hedor les ha vencido.

Ni  una Reforma laboral injusta, que termina con derechos históricos de los trabajadores, que desequilibra las relaciones laborales, que lejos de flexibilizar el mercado laboral, lejos de generar empleo sirve para devaluar salarios, para poder despedir rápido y sin ninguna indemnización , para atar corto a sindicatos y trabajadores, para , en definitiva , con la añadidura de la amenaza del desempleo y del castigo a los que protesten pretenden crear un mercado laboral sumiso , ha conseguido terminar con  la huelga .

Ni la pretendida  modificación del Código Penal con el que amedrentar a aquellos que se oponen  a decisiones injustificables podrá acabar con las reivindicaciones de los trabajadores Ni las campañas mediáticas  que sólo buscan la sumisión  de la gente ante hechos que  para ellos son irrefutables serán suficientes para reventar una huelga .  Porque la huelga es un derecho constitucional de los trabajadores además de la última opción para la defensa del trabajo.

 Así vienen los nuevos tiempos y la respuesta es o el allanamiento o la lucha. Los trabajadores de la limpieza han optado por la lucha y han ganado. Un ejemplo para muchos, sin duda, pero sobre todo, un gran ejemplo.

jueves, 14 de noviembre de 2013

SOCIALISTAS POR NATURALEZA

Después de más de ciento treinta años de historia el Partido Socialista es hoy, como ayer, un partido reconocible en la lucha por la igualdad, por la justicia social y por la libertad. Esta es la conclusión, inapelable, de la Conferencia Política que hemos celebrado este fin de semana en Madrid.

Y sin embargo la sociedad se mueve a velocidades a las que para los partidos políticos les es difícil adaptarse. Todavía más en el paso de un siglo, el XX, en el que España alcanzó las mayores cotas de bienestar que pudiésemos imaginar, a un siglo XXI, cuyo comienzo ha sido el de una crisis económica sin precedentes, seguida de una crisis territorial y una grave crisis social.

Los ciudadanos se preguntan si hemos sido capaces de dar una respuesta adecuada a los retos de una crisis de esta envergadura pero, sobre todo, se preguntan si tenemos propuestas para que la salida de la crisis sea justa socialmente y prepare al país para una nueva etapa de prosperidad económica, de reparto equitativo de la riqueza, de un avance democrático de la globalización, en definitiva, de búsqueda de una sociedad más justa, más igual, más libre y más democrática.

Las respuestas de la derecha las hemos probado como una cicuta que paraliza el cuerpo y deja secuelas de las que será difícil recuperarnos. Hoy hay más ricos, ricos de solemnidad, más ricos que en 2011 y muchos más pobres, hoy hay pobres energéticos, pobres por las repercusiones del cambio climático, pobres por las secuelas de la crisis de las hipotecas, es decir, de la crisis financiera y también más pobres de espíritu, una pobreza intelectual a la que nos arrastran quienes nos quieren imponer el dogma sobre la razón o la voluntad, en definitiva hemos avanzado en pobreza, en desigualdad, en comportamientos antidemocráticos, una consecuencia más, es cierto que buscada por quienes han propiciado la crisis sabiendo qué querían buscar. Las recetas de la derecha son bien reconocidas aunque no fueran conocidas por los ciudadanos a los que se ocultaron debidamente antes de acudir a votar.

Una reforma laboral que deja sin derechos a los trabajadores, una bajada salarial sin precedentes en la etapa moderna, una brecha sin igual entre ricos y pobres, unas reformas que son contrarreformas (copagos, aumento de impuestos, recortes en educación, sanidad o dependencia, menos becas… ) y nos conducen al siglo XIX, en definitiva, un ataque sin igual a funcionarios, trabajadores, pensionistas, mujeres, estudiantes, a cualquier capa social que no sea la de los millonarios o multimillonarios, la de las élites empresariales, las élites financieras o las élites religiosas.

Para combatir estos desmanes ha vuelto el Partido Socialista. Y lo ha hecho, en primer lugar abriendo el Partido a unas nuevas formas de participación, a formas más democráticas de elección de los dirigentes, a impedir y luchar contra la corrupción, venga de donde venga, a posibilitar que la mujer se integre en igualdad de condiciones con los hombres en las listas electorales.

También lo hemos hecho en la búsqueda de la no discriminación, en la búsqueda de la equidad en el campo de la fiscalidad, para que paguen los que pagan poco o nunca han pagado y no paguen los que peor lo pasan en la crisis, en el reto de encontrar la igualdad de salarios entre hombres y mujeres, en la reducción de la brecha salarial entre los trabajadores y los altos directivos.

Lo hemos hecho en la búsqueda de valores más democráticos y de mayor tolerancia, en la búsqueda de la laicidad del Estado que supone la igualdad entre religiones y la separación del Estado y la Iglesia, en la encomienda de encontrar un acomodo para la asignatura de “Religión” fuera de los horarios lectivos, en la expectativa razonable de la autofinanciación de la Iglesia. Y lo hemos hecho en la lucha contra el cambio climático para que los jóvenes y de hoy y de mañana respiren igual que lo hacemos nosotros. Y lo vamos a hacer modificando la Constitución para que los derechos que hacen menos pobres a los pobres, o mejor, que igualan a los que menos tienen con los que más tienen que son la sanidad pública, la educación pública y los derechos sociales, sean constitucionalizados y por tanto los preservemos de los avatares económicos.

En definitiva somos lo que siempre hemos sido, somos socialistas por naturaleza aunque a veces hayamos perdido nuestro sentido natural y por eso ya estamos aquí de nuevo. Con nuevas propuestas para una sociedad nueva, un partido nuevo para los nuevos tiempos.