En los comienzos de la campaña electoral para elegir a los
candidatos al Parlamento Europeo oímos decir al Presidente del Gobierno y al
Sr. Cañete, cabeza de lista del Partido Popular, que España va bien o que la recuperación está aquí.
Sin que alguien tenga la intención de llamarme “cenizo” o que
haya quien piense que, como dijo Montoro en su día, el PSOE pudiera apostar por
el “que se hunda España, que ya la rescataremos nosotros”, lo cierto es que la
recuperación se va a producir de manera muy lenta y con incertidumbres que no
deben ser dejadas de lado.
Es verdad que los datos del paro registrado en Abril han sido
esperanzadores, aunque no sea yo el que diga aquello de “tendría gracia que en
abril, en Semana Santa, no mejorasen los datos del paro registrado”, Rajoy
dixit (Mayo de 2011), ni tampoco aquello de “el paro baja en abril y bajará en
mayo y junio. Eso ya lo sabemos todos. Igual que los días son más largos, las
temperaturas son más altas y el sol brilla más. Eso se llama estacionalidad”,
Soraya Saénz de Santamaría (4 de mayo de 2011). Pero estos datos no mitigan los
de la primera EPA de este año que confirma que se sigue destruyendo empleo (185.000
empleos destruidos) y que hay casi 6 millones de parados.
Tampoco puede llevarnos a la desmedida campaña de la
recuperación el hecho de que la Comisión Europea prevea un crecimiento del 1,1%
del PIB para el 2014 o el 2,1% para el 2015, si como seguidamente informa la
tasa de paro en 2015 será la más alta de toda la Unión Europea junto a la de
Grecia: un 24%. Por cierto, datos muy parecidos a los que da la OCDE para España publicadas hoy y que
prevén una tasa de paro para 2014 del 25,4% y del 24,4% en 2015. En todo caso
cifras que están por encima de las que encontraron en 2011. Una legislatura perdida en materia de
empleo.
Esas son las cifras. Las interpretaciones pueden ser
variadas. Los optimistas creen que la
recuperación viene para quedarse frente a los realistas que ven nubes en el
horizonte. Los problemas financieros de los países emergentes, el hipotético
impago de la deuda griega que generaría otra crisis en el euro, la
sobrevaloración de la moneda europea que frena las exportaciones o la crisis de
Ucrania que puede ser un freno al crecimiento de los países del euro son
amenazas que habrá que tener muy en cuenta. Y junto a ellas, el aumento de la desigualdad en España es un factor
determinante para ser cautelosos en las manifestaciones de los representantes
públicos, aunque sólo sea por el respeto que merecen aquellos que ven como la
brecha entre los más ricos y las clases medias y bajas ha crecido en mayor
medida en España.
Ya está bien que las cifras de paro registrado en Abril hayan
sido buenas, lo son para quienes han encontrado un empleo aunque sea precario,
lo son para la Seguridad Social que ve aumentado los ingresos y lo son para
todos si sirven para que nuestra moral crezca. Es verdad que los datos del CIS no invitan al optimismo (el
85,2% de los españoles creen que la situación económica es mala o muy mala , el
86,7% creen que este año será igual o
peor y el 66,1% creen que el año próximo
empeorará) y también que las previsiones de la UE para este año con la
tasa de paro (25,5%), el déficit público (-5,6%) o la deuda (100,2% del PIB) no
invitan a la desmesura, pero a Rajoy a Cañete nada de eso puede hacerles
desviar del manido eslogan del España va bien, aunque negros nubarrones se
interpongan ante el Sol. ¿No se lo tendrían que hacer
mirar?
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